Artículo de opinión- El desprestigio de la política
Con la que está cayendo es complicado hablar del desprestigio de la política desde la sección de opinión de la página web de la corporación local de un partido. Prácticamente a diario nos despertamos con una nueva operación donde se destapan más casos de corrupción. Además del consabido escándalo en los medios, parece que todo termina en un proceso judicial eterno y, aún en el caso de que se determinen culpables, siempre les quedará el indulto y los bolsillos llenos. Y así, quienes encima se llaman y consideran políticos, están consiguiendo corromper nuestro sistema democrático.
Nos preguntamos qué se puede hacer desde un municipio para cambiar el hartazgo, la desilusión y la desafección de los ciudadanos y lo peor es que no sólo hay que mirar arriba, a nuestro nivel también se dan muestras de estos privilegios. En el equipo de gobierno de nuestro ayuntamiento encontramos el ejemplo de “políticos” locales que se preocupan más de su carrera personal que de sus vecinos. Cada vez hay más concejales liberados. El personal de confianza aumenta. Potencian los complementos de productividad del personal de los consistorios para tener su apoyo. Se crea clientelismo atendiendo a los ciudadanos en los despachos en vez de utilizar los estamentos adecuados para solicitar y conceder las ayudas. Se privatizan servicios en unas condiciones desfavorables para los intereses del consistorio y de los ciudadanos. Afiliados a los partidos o familiares acaban trabajando para determinados organismos o empresas privadas concesionarias de servicios. No hace falta hablar de millones de euros para erosionar la política.
La política se desvirtúa desde el momento que prima el interés personal de quienes dirigen los asuntos públicos por encima del interés de los ciudadanos que los han votado. Ardua tarea tenemos quienes seguimos creyendo que desde la política se puede conseguir el cambio. Pedir perdón ya no sirve. Convencer de nuevo a los ciudadanos para que nos den su confianza va a ser complicado pero hay que intentarlo.
La honradez, la honestidad y el trabajo son los baluartes de la agrupación local del PSOE. Forjemos un plan de trabajo, de futuro, para nuestra localidad que permita renovar y adaptar las estructuras democráticas obsoletas a través de la participación y la implicación directa de nuestros vecinos. Apostemos por un proyecto donde el ciudadano tenga que ser escuchado, transmitiendo así una mayor transparencia, credibilidad y legitimidad en la toma de decisiones. Generemos una cultura de colaboración ciudadana propiciando espacios de control y participación, visibilizando sus proposiciones y logrando que las mismas tengan un efecto directo en nuestras propuestas y medidas.
Como futuros gobernantes estamos obligados a adoptar valores, actitudes y conductas democráticas donde primen los valores de la dignidad de la persona, la búsqueda de la verdad, el desarrollo de la libertad y la justicia. Si además queremos que recuperen la confianza en nosotros no debemos abordar nuestro proyecto de ciudad desde una perspectiva como la actual donde la ciudadanía no tiene concurso alguno, sino desde un prisma de territorio urbano que incluyan a la población. No dejemos que lo único que nos importe de los ciudadanos sea su voto.